Altos Las Hormigas se ilusiona con los vinos de la vendimia 2022

Altos Las Hormigas tiene grandes expectativas sobre la vendimia 2022, especialmente en dos terroirs de enorme importancia como Paraje Altamira y Gualtallary.

La cosecha 2022 en la finca de Gualtallary de Altos Las Hormigas.

El completo y minucioso reporte de vendimia que ya se encuentra disponible en el sitio web de la bodega no deja lugar a dudas: los vinos que se están elaborando a partir de la vendimia de este año se destacarán sobre los de añadas anteriores, entre otras cosas, debido a las temperaturas templadas del mes de diciembre que generaron una condición fantástica para el crecimiento de los racimos y llegaron después de las heladas tempranas del mes de octubre. “Este ha sido un gran año para las viñas plantadas sobre suelos calcáreos, que abundan en nuestro Jardín Altamira; en definitiva, un gran año para las texturas de los vinos que producimos con las uvas de allí”, afirman desde la bodega.

Con respecto a Paraje Altamira, en esta vendimia puntualmente, “los últimos días fríos antes de cosechar hicieron que el pH se mantuviera estable, permitiendo que las uvas lleguen a su punto óptimo, con la acidez en su mejor momento y gran sanidad. A pesar de las fuertes heladas de octubre, logramos obtener rendimientos equilibrados en nuestro viñedo, resultando en una añada con muy buena concentración natural de nuestras uvas”.

Gualtallary, el otro terroir donde la bodega se enfoca para elaborar vinos excepcionales, también tuvo una vendimia sobresaliente. “El balance de azúcares y acidez fue perfecto, se dio en el tiempo justo. Fue una vendimia excelente, con bayas de gran tamaño y gran expresión varietal y de terroir. Estamos confiados que nuestro Malbec de esta apelación alcanzará mucha profundidad y fineza”.

Las condiciones climáticas ideales de este año se combinaron con las características de un terruño como Gualtallary que presenta una combinación única de altura (más de 1300 metros sobre el nivel del mar) y tipo de suelo. Allí, una alta cantidad de elementos gruesos, que incluyen gravas y rocas recubiertos de calcáreo y caliche fracturado, representan entre 50-70% del volumen total de suelo, con un porcentaje alto de carbonato de calcio libre en el perfil.

Punto de cosecha ideal

“A medida que íbamos terminando Luján, Altamira y Gualtallary asomaban, pero nos daban un respiro. Los fríos de las últimas semanas les dieron el tiempo necesario a las bayas para terminar de madurar y balancear todos sus compuestos. Hace tiempo que no encontrábamos un punto de cosecha tan justo e ideal”, manifiesta el enólogo Federico Gambetta, quien al igual que su colega Ana Wiederhold, segunda enóloga de la bodega, considera que “ha sido un año con grandes concentraciones, colores y sanidad. Lo cual permitió que los mostos fermenten al ritmo que nos gusta en el hormiguero”.

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