El vino espumoso argentino goza de buena salud

El viernes 21 de octubre se celebra el Día Internacional del Espumoso, una fecha que se instauró en 2009 y se extendió por todas las latitudes con el correr de los años.

En Argentina se producen espumosos de altísima calidad.

En Argentina, la celebración cobra relevancia dado el notable aumento del consumo de esta bebida y su creciente desestacionalización. Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), durante el primer trimestre de 2022 se despachó un 21,1% más que en el mismo periodo del año anterior. “Si bien el consumo más fuerte de espumosos en Argentina suele ser durante el último trimestre, sólo durante agosto de este año la comercialización de espumosos en el mercado interno se incrementó en un 68% respecto del mismo mes de 2021”, explica Andrés Heiremans, Gerente General de Bodega Cruzat, y agrega: “Estos números son alentadores para la industria, demuestran que estamos más cerca de la desestacionalización buscada y la demanda está cada vez más afianzada”.

Bodega Cruzat produce más de 500 mil botellas al año y es la única bodega argentina dedicada exclusivamente a la elaboración de espumosos bajo el método tradicional o champenoise. El 80% de esos espumosos se comercializan en todo el territorio argentino y el 20% restante se destina a 15 países diferentes en todo el mundo.

Para celebrar a los espumosos en su día, Bodega Cruzat revela 3 tips y curiosidades para conocer más sobre el fascinante mundo de las burbujas.

¿Espumoso o espumante?

Pedro Rosell –a cargo del equipo enológico de Bodega Cruzat junto a Lorena Mulet– es contundente en este punto. “Espumante es todo lo que produce espuma: el detergente, el jabón, el caldo al hervir, etcétera. Espumoso es lo que se transforma en espuma, esta es parte de él. Los vinos con burbujas entran en este concepto”, sostiene Rosell, una de las voces más calificadas en Argentina a la hora de hablar de espumosos.

¿Cuál es la copa más adecuada?

Los espumosos se sirven habitualmente en copas flauta, de tallo largo y afinadas, pero en los últimos años hubo una gran tendencia a utilizar copas de vino (sobre todo de blancos). Para la enóloga Lorena Mulet, el uso de cada copa dependerá del estilo del espumoso: “La copa flauta la recomiendo para espumosos jóvenes, gracias a que nos permite apreciar muy bien el ascenso de las burbujas. Y, para espumosos con varios años de guarda o más complejos, recomiendo las típicas copas de vino ya que permiten sentir mejor todos los aromas”.

¿Cuál es la temperatura ideal de consumo?

La temperatura ideal de servicio es de entre 6 y 8°. Esto permite disfrutar su frescura y sus aromas, haciendo más placentera la sensación en boca. “Si lo bebemos demasiado frío, vamos a perder capacidad sensitiva en boca”, afirma Andrés Heiremans. En referencia al servicio, remarca: “La copa debe llenarse en dos tramos y hasta 2/3 de su capacidad, así permitimos que afloren mejor sus aromas”.

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