Lui Wines, entretelones de un fallo que sacude al mundo del vino

El conflicto entre la firma Isena SA, productora de los vinos Gauchezco y sus ex empleados, Mauricio Vegetti y Lucas Dalla Torre, propietarios de Lui Wines, derivó en el pronunciamiento de la Justicia mendocina del fuero civil que dio la razón a la primera.

Vegetti y Dalla Torre fueron condenados por la Justicia mendocina a pagar
una indemnización millonaria a Isena SA, empresa propietaria de Gauchezco.

Por Fernando Garello – El fallo del Segundo Tribunal de Gestión Asociada de Mendoza, además de generar un inquietante precedente, echa luz sobre una forma de trabajo extendida entre la mayoría de los enólogos más reconocidos del país, quienes suelen llevar adelante proyectos personales mientras se desempeñan en relación de dependencia en bodegas reconocidas. La lista es realmente muy grande y la misma resolución judicial que condena a El lado B, la empresa creada por Mauricio Vegetti y su socio Lucas Dalla Torre, quienes producen y comercializan la marca Lui Wines, menciona a dos muy destacados como Edgardo del Popolo de Bodega Susana Balbo y David Bonomi de Bodega Norton. Incluso durante la audiencia los defensores de Vegetti y Dalla Torre mencionaron casos que consideran similares y que involucran también “a inversores americanos, como Pablo Marino de bodega Solo Contigo y Cristian Moor de Bodega Corazón del Sol”.P

La resolución del tribunal de primera instancia que según reconoció a Vino Argento el propio Mauricio Vegetti, será apelada en tiempo y forma, se emitió el pasado 10 de abril pero recién trascendió unos días atrás, a través de publicaciones de la prensa mendocina que generaron gran interés en Mendoza y en la comunidad del vino de todo el país, dado que establece criterios controvertidos sobre la relación de los enólogos de renombre con las bodegas más grandes, muchas de las cuales están en manos de extranjeros, como el caso de Gauchezco, propiedad de Isena SA, una sociedad encabezada por el ciudadano norteamericano Eric Anesi.

Según el Tribunal, en el caso que le tocó actuar de Isena SA contra Mauricio Vegetti, Lucas Dalla Torre y El lado B SA, el enólogo y su socio tenían un vínculo laboral full time con la empresa, en la cual se desempañaban como directores, percibiendo una remuneración acorde con la responsabilidad asignada, razón por la cual tenían permitido llevar adelante su emprendimiento personal pero en la escala de “bodega de garaje” y no a gran escala, compitiendo con la empleadora.

Para establecer este criterio el tribunal se basó en el testimonio del enólogo Pablo Martino Benítez, quien declaró que esa es la forma en que la mayoría de los colegas llevan adelante sus emprendimientos particulares cuando trabajan en relación de dependencia con una bodega, es decir, como una bodega artesanal o de garaje que produce no más de 50 mil litros de vino por año.

De acuerdo a los datos aportados al tribunal por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), por el contrario, “la producción de vinos de El Lado B SA entre los años 2015-2019 pasó de producir 38.569 a 362.769 litros anuales, ciertamente mucho más que los que producía antes de la puesta en funcionamiento de su empresa (Vegetti-Dalla Torre-El lado B SA) en que producía menos de 50 mil litros como vino artesanal o de garaje”.

¿Condenada por el éxito?

Dicho razonamiento basado en el crecimiento de la empresa es el que da lugar a un argumento por lo menos controvertible que convendría ser debatido fuera del ámbito de un conflicto del fuero civil, dado que puede dar lugar a interpretaciones contrapuestas y afectar en el futuro a pequeños emprendedores. Según el tribunal, el crecimiento notable que experimentó la marca Lui Wines, se explica en parte por la utilización sin consentimiento de los recursos de Isena SA. En su presentación ante la Justicia, la empresa propietaria de la marca Gauchezco, afirmó que los demandados utilizaron “en provecho propio toda la estructura, información, contactos, listas de proveedores de uvas, botellas, corchos, etiquetas, transportes, bodegas, para obtener mejores precios en los insumos al adquirir en grandes cantidades para la actora y para ellos mismos”.

Hasta allí parece razonable, puesto que el fallo se basa en testimonios y pericias que no son favorables a la parte demandada, aunque deja lugar a un interpretación inquietante, dado que podría especularse con que ésta también es condenada por crecer y superar la barrera propia de un emprendimiento de garaje. Dicho de manera más sencilla, Lui Wines podría haber sido condenada por tener éxito y experimentar un crecimiento que otros emprendimientos quisieran pero no pueden alcanzar.

El fallo que condena a Vegetti, Dalla Torre y El lado B SA, considera además que el crecimiento de Lui impidió que Gauchezco creciera más de lo que hizo, razón por la cual hace lugar al pedido de una reparación que de acuerdo a la prensa mendocina supera los 100 millones de pesos.

Confusión operativa y administrativa

El tribunal también se basó en la confusión que provocaba el funcionamiento de las dos empresas en paralelo, manejadas por los mismos actores, algo del cual dan cuenta empleados de Isena SA que brindaron su testimonio durante las audiencias del juicio. “En la práctica existía un complejo manejo conjunto de ambas explotaciones comerciales por parte de los demandados. Siendo empleados jerárquicos (Directores Titular y Suplente), conducían las dos empresas (Isena SA como dependientes y El lado B SA como titulares) hasta el punto de confundirlas”, expresa el fallo.

Entre los testigos aportados por la actora de la demanda por daños y perjuicios, sobresalen la por entonces segunda enóloga de la bodega, Cecilia Bajuk, además de otros empleados, como Natalia Massiero y Soledad Quesada, quienes testimoniar contra los demandados, argumentando que realizaban tareas para las dos empresas, por pedido de Vegetti y Dalla Torre.

El tribunal también ponderó el testimonio de Hugo Fuentes, quien sería el distribuidor de Rosario, que declaró que “ambos demandados le indicaron que distribuyera vinos Gauchezco, Lui y Dos Puentes” y que cuando visitó Mendoza “en la finca de Gauchezco también se ofreció Lui y esas cosas las costeó Gauchezco, Lui no colaboró con los gastos porque en esos casos se hablaba con la gente de Gauchezco, que estaba representada por Lucas Dalla Torre y Mauricio Vegetti”.

El tribunal consideró que la inclusión de los productos de Dos Puentes SA, empresa donde trabaja la esposa de Dalla Torre, constituyó un ejemplo de la deslealtad de los demandados hacia el empleador, quien afirmó que no estaba al tanto de dichas operaciones y que las desconocía. Para ello se apoyó en las declaraciones de los empleados, en pericias técnicas y contables y las comunicaciones vía e-mail que se realizaban a través de las direcciones de los demandados en los servidores de la empresa.

¿Cómo sigue el conflicto?

En el mundo del vino mendocino la condena a Vegetti y Dalla Torre no pasó desapercibida, sobre todo por la notoriedad del enólogo, considerado por expertos de renombre como Tim Atkin como uno de los más promisorios de Argentina y el crecimiento que experimentó la marca Lui Wines a lo largo de los últimos ocho años. El fallo del Tribunal Asociado también generó inquietud entre los enólogos que desarrollan sus proyectos personales al mismo tiempo que se desempeñan en grandes bodegas. Entre otras cosas porque considera que una relación laboral de dependencia full time de los profesionales de la enología implica una exclusividad que solo admite la excepcionalidad de proyectos personales de escala menor o de garaje, quedando librado al azar lo que pueda ocurrir si estos tienen éxito y crecen en forma “exponencial”, como ocurrió en el caso de Lui Wines.

Como se explicó, se trata de un fallo de primera instancia que será apelado, razón por la cual los condenados tienen la esperanza de revertir la decisión, aunque como suele ocurrir en la Justicia, los tribunales de alzada o de segunda instancia con frecuencia se enfocan en si los juzgados inferiores cometieron errores técnicos o defectos de forma, más que en los temas de fondo.

Una curiosidad

Según expresa el fallo, el conflicto entre Isena SA y Vegetti y Dalla Torre pudo haberse evitado en 2018, cuando ante el notable crecimiento de las actividades de Lui Wines, según Anesi los demandados le propusieron “crear una persona jurídica independiente de Isena SA, donde se pudieran comercializar conjuntamente los vinos Gauchezco y Lui, sociedad que nunca se concretó”.

Fallo completo

El fallo completo del Segundo Tribunal de Gestión Asociada de Mendoza puede leerse en el siguiente link: https://www2.jus.mendoza.gov.ar/listas/proveidos/vertexto.php?ide=9566938460

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